EDITORIAL

Editorial

Autores/as

  • Juan Carlos Ortiz Calle Hospital de Especialidades José Carrasco Arteaga

Palabras clave:

EDITORIAL, EDUCACIÓN, MEDICINA, VOCACIÓN

Resumen

¿Por qué estudiamos Medicina?

Es una pregunta que a menudo escudriña a los médicos y a su círculo próximo de amigos y familiares; sin embargo muy pocos reflexionamos sobre los motivos que nos llevan por este fascinante camino de amor y solidaridad.

Estudiar medicina es y será un reto, lleno de esfuerzos, de satisfacciones, de un futuro variado y variable» en el que «Entender la enfermedad y sus orígenes, conocer sus posibles remedios, mejorar las condiciones de salud y aliviar el dolor de un enfermo son las principales razones de eso que llaman “vocación médica”. La satisfacción personal que se consigue al lograr estos objetivos es, a no dudarlo, una de las más importantes razones para elegir ser médico, hoy y siempre.

La palabra vocación deriva del latín y significa “acción de llamar”. El diccionario de la RAE, menciona que es la «Inspiración con que Dios llama a algún estado, especialmente al de religión», pero también la define como «Inclinación a un estado, una profesión o una carrera»  no siendo infrecuente la concepción de la medicina como “un sacerdocio”.

El Médico, científico, historiador y filósofo español Gregorio Marañón en su libro “Vocación, ética y otros ensayos”, publicado en 1946, refiere que la vocación es «la voz que nos llama hacia la profesión y ejercicio de una determinada actividad»; que es exigida por aspectos de la medicina que requieren «atracción intransferible hacia su objeto, con espíritu de sacrificio y aptitudes específicas » ; es decir, lo que en el caso de la medicina deberíamos entenderlo como voluntad inequívoca de servir al enfermo y a la sociedad.

Es menester que el novel médico tenga una visión integral del paciente, con capacidad de pensar (juicio clínico), de actuar y  resolver (destrezas y conocimiento técnico), en situaciones críticas, donde las emociones más dolorosas de pacientes y familiares se mezclan con el estado de equilibrio físico, mental, emocional y espiritual del médico.

De todas las actividades laborales existentes ninguna exige tanta grandeza moral como la medicina. Los médicos, en el empeño de sus quehaceres, inciden en lo más preciado que tienen los seres humanos: su vida y su salud. Dicho de otro modo, convertirse en médico es mucho más que finalizar los estudios de Medicina, significa adquirir una nueva forma de vida, una marca basada en la ética que es característica de la verdadera vocación. Como tal, del médico se esperan innumerables valores, como la  abnegación, simpatía y comprensión; porque el paciente no es solo un conjunto de síntomas, signos, funciones alteradas y/o emociones trastornadas, es un ser humano en toda la expresión de la palabra, que trata de encontrar mejoría y tranquilidad.

Por último quisiera parafrasear al pediatra español Juan Gimeno Brotons quien indica que « El que ame la vida cómoda y fácil, el que quiera ser hombre con horarios y quiera descansar sábados y domingos, no debería inclinarse por la Medicina, porque es de extraños de locos y soñadores.»  Eso es el médico « por qué tiene una inclinación fanática de salvar vidas, de borrar el dolor y de
ayudar al necesitado». Porque «L a Medicina te ofrece tener sueño y no dormir, estar cansado y estudiar, estar fatigado y escuchar, estar sano y ser azotado por las enfermedades de nuestros prójimos. La Medicina es irradiarse, contagiarse, quemarse, enloquecerse morir y renacer cada día al ver a un paciente sonreír y decir gracias doctorcito ».

Biografía del autor/a

Juan Carlos Ortiz Calle, Hospital de Especialidades José Carrasco Arteaga

Juan Carlos Ortiz Calle.

  • Especialista en Cirugía General.
  • Docente de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Cuenca, Ecuador;
  • Coordinador General de Investigación 
  • Director de la Revista Médica HJCA, Hospital de Especialidades José Carrasco Arteaga. 

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Publicado

2024-08-01